DÍA 15
Ayer, un poco antes de llegar a Mount Gambier, salimos del estado de
Victoria y entramos en el de Australia Meridional. Dicho evento no tendría
mucha importancia si no fuera porque también supone un cambio de
huso horario. Y así es como descubrimos el guirigay que tienen los
australianos montado con el reloj: Queensland, Nueva Gales del Sur y
Victoria comparten hora (Greenwich +10), pero solo en invierno, ya
que en verano estos dos últimos adelantan una hora, como en Europa
(GMT +11). En cuanto al Territorio del Norte y a Australia
Meridional, pues tienen un desfase negativo ¡de media hora! con los
tres anteriores (GMT +9 1/2), pero en el caso de Australia Meridional solo en invierno, ya que en verano adelanta las
agujas, como Nueva Gales y Victoria, y entonces supera (GMT +10 ½)
en una hora al Territorio del Norte e incluso en media a Queensland,
que no cambia el reloj. Por lo que respecta a Australia del Oeste, su
horario oficial es Greenwich +8, y no la cambia ni en verano ni en
invierno. Está por ver cuál es la hora que tendrán en Tasmania,
pero no me atreví a averiguarlo
Husos horarios de Australia |
Dejando aparte desbarajustes cronológicos, nada más salir del
cámping nos dirigimos al Blue Lake, que para ser un volcán resulta
de lo más curioso porque, en vez de cono, lo que hay es un enorme
agujero en el suelo. El sitio en cuestión se encuentra a las afueras
del pueblo, y tiene una forma ligeramente elipsoide de 1.000 metros
por 800. Su profundidad es de 77 metros, y lo que más llama la
atención es que el agua debe de ser de muy buena calidad, pues es de
aquí de donde se surte la población. Otra de las curiosidades de
este lago es que cambia de color en función de la época del año,
sin que se conozca a ciencia cierta el motivo.
Blue Lake |
Carretera y manta. Primero, 130 kilómetros hasta Robe (imposible no
acordarse de Extremoduro). A la salida de este pueblo paramos
frente a lo que tiene toda la apariencia de un mueble frigorífico de
los de puerta transparente solo que, en vez de refrescos, lo que
guarda en su interior son libros usados de libre disposición.
Aprovechamos para coger algunos y soltar otros que hemos tomado
prestados de los cámpings, donde suele haber instalaciones
semejantes.
A la salida de Kingston nos detenemos de nuevo, esta vez para
sacarnos fotos junto a una réplica de langosta de dimensiones
descomunales. Puede parecer un poco infantil, pero un viaje tan largo
da para alguna guirada que otra.
The Big Lobster |
A partir de este punto el trayecto se nos complica. Hemos elegido, como siempre que es posible, la carretera de la costa, pero nos encontramos con los siguientes imprevistos:
1. El firme es irregular, con muchos baches.
2. Comienza a soplar un fuerte viento lateral que incrementa los botes y los bandazos.
Pese a que vamos pegados a la costa, no vemos ni mijita a causa de la vegetación, compuesta por arbustos bastante altos.
Así que de la barra de arena de casi 180 kilómetros de longitud con
la que nos la prometíamos muy felices no vemos casi nada.
Lake Albert desde el cámping |
Así las cosas, nos estiramos hasta Meningie, a orillas del lago
Albert/Yarli, donde damos con el que es quizá el cámping más
bonito de todo el viaje. No por las instalaciones, sino porque se
encuentra a la orilla misma del agua, con infinidad de pájaros
pululando por los alrededores y una puesta de sol que quita el hipo.
Distancia parcial: 317 km.
Distancia total: 2.418 km.