14 de agosto
Temperatura al
amanecer: 3º C
La silueta del Lago
Taupo recuerda bastante a África. Esta masa de agua tiene una extensión de más
de seiscientos kilómetros cuadrados, y ocupa el espacio creado por una
gigantesca erupción volcánica que tuvo lugar hace veintisiete mil años. Durante
este corto -en términos geológicos- periodo de tiempo, ha entrado en erupción veintiséis
veces. Dos de ellas aparecen registradas con los niveles 7 y 8 en el Índice de Explosividad. La de nivel 7 ocurrió en el año 186 de nuestra era, y el volumen
del material arrojado alcanzó los 100 kilómetros
cúbicos. La del nivel 8 (el máximo en la escala, descrito como apocalíptico)
tuvo lugar hace 26.500 años y fue la que formó la caldera. Se calcula que expulsó
a la atmósfera más de 800
kilómetros cúbicos de ceniza, lava y rocas.
Lago Taupo con los volcanes al fondo |
Avioneta-hidroavión para excursiones aéreas |
Impresionantes
cifras, sin duda. Sin embargo, también somos testigos de actividad volcánica
muy intensa, aunque de menor envergadura: hemos desayunado y, aprovechando el
sol, Inari y yo disfrutamos de las vistas del lago desde los asientos
delanteros: tal y como predije, volvemos a ver los volcanes pero muy lejos ya,
a punto de voltear el horizonte. Justo entonces la furgoneta que está a nuestro
lado inicia un metódico balanceo hacia adelante y hacia atrás. Unos chavales
que desayunan en el merendero contemplan la escena entre atónitos y divertidos.
También me miran a mí, como asombrados de que permita que mi hijo asista a
semejante espectáculo. Pero Inari, con sus seis años sin cumplir, no repara en
el sutil balanceo. Y, aunque lo percibiera, aún no sabría interpretar la
relación existente entre los amortiguadores de un vehículo y las pasiones
humanas. Al rato la puerta corredera se abre. Dentro está una pareja muy joven;
mientras él se va a hacer sus cosas, ella se queda desayunando. La furgo no es
de alquiler sino particular, y es admirable constatar cómo en un espacio tan reducido
tienen sitio para todo. También para el amor.
En fin, dejadas a un
lado las disquisiciones mecánico-afectivo-sexuales nos ponemos en marcha, que en
Taupo hay mucho que ver. Antes de nada nos acercamos al Riverside Park, que está aquí mismo. Sorprendentemente, está
permitido entrar en el parque hasta la dump
station. En este lugar, aparte de un gigantesco tocón de árbol, hay algo
todavía más raro: una papelera. Me planteo depositar en ella la basura aunque no
las tengo todas conmigo, porque al lado hay un letrero donde se puede leer: Household waste forbidden. Y a los infractores se les amenaza con
una instant fine, multa instantánea. Esto
genera entre nosotros un debate de índole filológica: ¿se puede considerar basura doméstica a los residuos generados
por una autocaravana? En puridad no, pero ¿a santo de qué sino iban a poner
aquí esta prohibición? Porque no me imagino a nadie viniendo hasta aquí desde
su casa para deshacerse de una batidora estropeada. Por si acaso y, como
siempre, deposito nuestro desperdicios al furtivo modo, no sea que me apliquen
la instant fine y salta la receta
directamente de la papelera, como si de un cajero automático se tratara.
Craters of the Moon |
Piscina de lodo en los Craters of the Moon |
Fumarolas en los Craters of the Moon |
Fumarolas en los Craters of the Moon |
Fumarolas en los Craters of the Moon |
Peligro, el vapor quema |
El Tongariro y los otros volcanes desde los Craters of the Moon |
Si el Lago Taupo es
África y Tokaanu cae por Johannesburgo, nosotros nos encontramos ahora mismo en
Egipto. Y Egipto sin duda tiene mucho que ver: lo primero de todo, los Cráteres de la Luna. En 1950, una amplia zona al Norte de Taupo comenzó a calentarse y a
generar vapor. Aparecieron cráteres de lodo hirviendo y otros fenómenos
geotérmicos. Al parecer, el acontecimiento fue provocado por la disminución de
la presión del agua subterránea debido a la construcción de una central
geotérmica en los alrededores. El suelo está tan caliente que para
recorrer la zona es menester hacerlo sobre pasarelas de madera, las cuales a
menudo hay que mover porque aparecen nuevos respiraderos. El olor a azufre es
omnipresente. Esto, unido al vapor de las fumarolas, confiere al lugar un
aspecto irreal y fantástico. A la entrada existe un parking vigilado por
voluntarios que cobran un precio simbólico. Si hacemos caso de lo que dicen los
carteles, este sistema se estableció debido los actos vandálicos que
sufrían los automóviles. Vaya, también en Nueva Zelanda cuecen habas, y con
más motivo aquí.
Tras un pequeño piscolabis nos vamos para el Volcanic
Activity Centre, un poco más al Norte. Pese a su rimbombante nombre, la
verdad es que aquí no hay nada que merezca la visita, como no sea la
explicación científica de terremotos y volcanes y unas impactantes fotos del seísmo
de Christchurch.
La siguiente parada
es Huka Falls, también a tiro de
piedra. Aquí sí que hay turistas, y es que el espectáculo no es para menos: son
tres los ríos (Waitahanui, Tongariro y Tauranga Taupo) que alimentan el Lago
Taupo; en cambio tan solo uno (el Waikato) le hace de sumidero. Cuando el agua se
comprime en la falla volcánica de las cataratas Huka es como si a una manguera
de bomberos le pusieran una boquilla muy pequeña: doscientos veinte mil litros
de agua por segundo originan un espectacular caos de espuma, velocidad y ruido.
Como aquí se aprovecha todo, un servicio de lanchas rápidas similar a las de
Queenstown te acercan hasta la base de la cascada, imagino que con muchísima
emoción y poco riesgo.
Huka Falls |
Huka Falls |
Cuarta y última
parada del día: el Spa Thermal Park. Volvemos
a Taupo, cruzamos el río y dejamos la auto en el parking. Desde aquí un corto
paseo te deja en un riachuelo de abundante y gratuita agua caliente. Hay varias
pozas no muy profundas donde puedes sentarte a meditar sobre los placeres de la
vida. La verdad es que está bastante caliente, y eso que es invierno. La zona
de baño está justo en el sitio donde este arroyo desemboca en el Waikato, y la
tentación de entrar en el río para refrescarse es grande, pero hay carteles que
avisan: la corriente es tan fuerte que ha habido muertes por ahogamiento.
Entre baño y baño conocemos a un chileno que está con su hijo. Lleva viviendo aquí diez años, vino por motivos de trabajo y se quedó "Llegué con pareja y ahora estoy separado". Vive en Rotorua, y como no vamos a parar allí mucho tiempo nos recomienda que visitemos el Kuirau Park, en el centro de la ciudad.
Entre baño y baño conocemos a un chileno que está con su hijo. Lleva viviendo aquí diez años, vino por motivos de trabajo y se quedó "Llegué con pareja y ahora estoy separado". Vive en Rotorua, y como no vamos a parar allí mucho tiempo nos recomienda que visitemos el Kuirau Park, en el centro de la ciudad.
Spa Thermal Pools |
Mortífero río Waikato |
Reconciliados con
nuestro cuerpo y con el mundo, regresamos a la auto. El día se ha pasado en un
suspiro, y toca pensar en la pernocta. El sitio de ayer, aunque tranquilo, no
nos terminó de gustar. Consulto Campermate
y me parece ver el área de autocaravanas no está donde creímos ayer, sino al
lado. Efectivamente, seguimos la coordenadas y encontramos un parking dedicado
exclusivamente a autos, tranquilo y a orillas del lago.
¿Qué más se puede
pedir?
Kilómetros etapa: 25
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