miércoles, 27 de septiembre de 2023

 30 de julio, día 17.

Noche horrísona por culpa de los trenes que pasan al otro lado del río. Espeluznantes chirridos metálicos en los frenos de estos interminables convoyes. Ahora comprendo el cartel que vimos a la entrada de un cámping. Entre las bondades enumeradas figuraba la de No trains!

American Dream

Tal vez por eso esta mañana nos ha costado salir de la cama, y para cuando hemos estado visibles, nuestros vecinos ya se habían marchado, lo cual da un poco de pena. Una vez listos, nos vamos hasta un Save-On-Foods, que es la cadena de súpers a la que finalmente hemos tomado cariño (como su nombre indica, se centran casi exclusivamente en alimentación, y son por tanto más manejables que las grandes superficies). Allí compro una bolsa de cerezas canadienses, que han sido otra de las sorpresas del viaje y que, dicho sea de paso, están riquísimas.

Cerezas canadienses

El liquor store de al lado del super cierra los domingos, de modo que me voy dando un paseo hasta el más cercano. La vendedora es una mujer de mediana edad muy amable. A la vuelta y con la idea de atajar cruzo por medio de una urbanización, y la sensación de hallarme dentro de una película es total: casitas estándar como salidas de los Simpson, césped y árboles en el jardín delantero (sin vallar). Otra mujer, esta con tres chicos y un perro, pasa a mi lado y me saluda, como si fuera uno más de la comunidad. En España me ignoraría o me miraría con desconfianza, sopesando si soy el ladrón que se propone desvalijarles la casa.

Ayer, a la entrada de Golden, encontramos avisos de que la Highway 1 de aquí a Lake Louise se encuentra cortada por obras. Después averiguamos que dichos cortes tienen lugar de lunes a viernes y hoy es sábado, pero ya hemos pensado en alargar el viaje hasta Radium Hot Springs y remojarnos en su balneario. Para ello tomamos la carretera 95, que sigue el curso del río Columbia, el cual forma una llanura aluvial de más de un centenar de kilómetros. Pocos coches, pueblos diminutos y granjas aisladas. El río se expande en múltiples brazos, lagunas y meandros, y mi felicidad llega al máximo cuando encuentro un lugar donde poder despegar y grabarlo. No sopla viento, luce el sol y, que se sepa, aquí no está prohibido. Las tomas cenitales de las lagunas, tapizadas de plantas acuáticas, parecen la versión canadiense el Delta del Okavango.

Por fin llegamos al balneario, que se encuentra cruzando el pueblo a la izquierda. Lo malo es que hace bastante calor, y como la piscina de agua fría se encuentra en obras, en la caliente al sol no hay quien aguante. Es verdad que hay una especie de jacuzzi de agua helada, pero el contraste entre una y otra agua es incluso doloroso.

Kootenay Valley

Después de comer continuamos por la carretera 93, denominada también Banff-Windermere Highway, que asciende hasta el valle de Kootenay. Durante el descenso nos alcanza una tormenta. Apenas llueve, pero el viento lateral es tan fuerte que no me queda más remedio que circular a 70-80 kilómetros por hora. Algunos, al adelantarme, hacen sonar su claxon indignados. Pero bueno, qué pretenden, que me eche a la cuneta para que ellos puedan correr?

Numa Creek

Numa Creek

Nos detenemos en un área de descanso con la esperanza de que amaine el viento, y al salir toca hacer maniobras debido a un árbol que se ha desplomado sobre el camino. Después hacemos dos paradas más: la primera, en Numa Creek para admirar los rápidos del río Kootenay. La segunda es un corto paseo a pie por el Marble Canyon, profundo y retorcido, que se puede contemplar desde infinidad de puentes. Las laderas cercanas presentan las cicatrices de un pavoroso incendio.

Con lo cerca que estamos de Banff, es posible que a lo largo del día sean muchas las personas que visitan este lugar, pero a estas horas no hay prácticamente nadie. Es verdad que con tan poca luz las fotos desmerecen bastante, pero a cambio te llevas el regalo de la paz y la tranquilidad del sitio.

25 kilómetros después y tras un fuerte descenso llegamos a territorio conocido: Castle Junction y por último a nuestro destino, el camping del Johnston Canyon. Encontramos la parcela reservada con facilidad. Como estamos de nuevo en Alberta, aquí todo el mundo tiene encendida su fogata, aunque no tenemos claro si la finalidad es preparar la cena o espantar a los numerosos y ferocísimos mosquitos.


Distancia parcial: 225 kilómetros.

Distancia total: 3.449 kilómetros.


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