DÍA 27
Lo primero que hago nada más levantarme es salir y grabar con el
dron, estas extensísimas cordilleras paralelas y lo adusto del
terreno me tienen cautivado. Una vez terminado el desayuno,
regresamos al Hole, ahora desierto y tranquilo.
![]() |
Las McDonnell al amanecer. Abajo y en el centro, la auto y el lugar donde dormimos |
![]() |
El Big Hole por la mañana |
Carretera. La primera parada es Serpentine Gorge, a 15 kilómetros. En el aparcamiento no hay nadie, y enseguida entendemos por qué: en primer lugar, porque hasta la garganta es preciso caminar algo más de un kilómetro. En segundo, porque es una versión reducida de lo que hemos visto hasta ahora, y por tanto mucho menos espectacular.
La segunda parada del día, prácticamente a pie de carretera, es en
Ochre Pits, una cantera con arcillas de colores que los
aborígenes usaban (y usan todavía) para sus pinturas rituales. A
esta hora el sol ya casca de lo lindo. Los diarios se están haciendo
eco de esta anomalía, a la que denominan “Ola de calor de
invierno” (!)
![]() |
Ochre Pits |
Tercera parada: Ormiston Gorge. Dejamos la auto en el
aparcamiento, y como tenemos alguna dificultad para encontrar el
camino, atrochamos por una vereda en busca de la vía principal.
Entonces nos damos de narices con un varano gigante australiano de
aproximadamente un metro (pequeñito, si se tiene en cuenta que
llegan a medir 2,5-3 metros y pueden tragarse entero un canguro). Al
principio el animal se queda quieto, pero está claro que no quiere
líos porque, tras contemplarnos un rato, lentamente se aparta y nos deja pasar.
![]() |
El varano gigante |
El sitio en cuestión es estupendo, y recuerda mucho a Simpson Gap, la primera de las gargantas que vimos ayer. Buscamos sitio a la sombra y nos refrescamos en el agua. Vuelvo a la auto a por provisiones y comemos aquí.
Al igual que ayer, a medida que pasa el tiempo empieza a llegar
gente. A nuestro lado se instala una pareja de chicas; y cuando digo
pareja me refiero al sentido estricto, porque al rato las veo
besuquearse. Me pongo a mirar para otro lado, por aquello del respeto
a la intimidad y tal.
![]() |
Ormiston Gorge |
Esperamos a que baje un poco el sol y continuamos camino. El objetivo
es otra garganta, la Glen Helen, quizá la más espectacular
de todas. Salvando la diferencia de la piedra, recuerda mucho al
Salto del Gitano, allá en las tierras altas, por Monfragüe.
![]() |
Camino de Glen Helen Gorge |
![]() |
Camino de Glen Helen Gorge |
Desde el aparcamiento caminamos primero hasta el lecho seco, y
siguiendo este hasta los promontorios rocosos. Es poco más de un
kilómetro, pero las moscas y el calor se ceban con nosotros. Nos
cruzamos con una sola persona. Desde la otra orilla, bandadas de aves
nos observan curiosas.
![]() |
Glen Helen Gorge desde los cielos |
![]() |
Glen Helen Gorge desde los cielos |
![]() |
Glen Helen Gorge desde los cielos |
Hay en este lugar un cámping estupendo que, inexplicablemente, se encuentra cerrado. Decidimos entonces desplazarnos hasta el Woodlands Redbank Gorge Campground. Tras 20 kilómetros, a la derecha de la carretera se separa una pista de tierra, en buen estado al principio, pero que se vuelve pésimo al cruzar un vado seco. Lo atravieso como puedo, pero al llegar al segundo, con mucha piedra suelta, ya no me atrevo. Bajo a inspeccionar, y en ese momento llegan las dos chicas de Ormiston en un pickup. Por gestos me preguntan que si necesitamos ayuda, les respondo que no: lo que toca hacer es irnos por donde hemos venido. Damos la vuelta con dificultad, volvemos a cruzar el primer vado con el ánimo encogido y llegamos sin novedad a la carretera. Por primera vez en el viaje, nuestras posibilidades de pernocta han quedado reducidas a cero.
Pensábamos que nos tocaría estacionar sobre la propia pista. Por
fortuna, en el cruce descubrimos un apartadero, y ahí que nos
colocamos. Salimos para ver una puesta de sol acongojante, pero hay
que volver a entrar rápidamente porque las moscas pedorras han sido
sustituidas por los mosquitos chupasangre.
![]() |
Puesta de sol en mitad de la nada |
Cuando duermes en la wilderness uno lo hace siempre con un ojo abierto. Por eso me despierto enseguida cuando, a las dos o las tres de la mañana, pasan unos cuantos coches. No por la carretera, como cabría esperar, sino entrando por la pista. Si fueran trasnochadores y/o juerguistas pitarían o gritarían, que es lo que indefectiblemente uno espera. Sin embargo, extrañamente, pasan de largo y no dicen ni mu.
Distancia parcial: 90 km.
Distancia total: 5.427 km.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.