martes, 26 de noviembre de 2024

 DÍA 4.

Ya nos dimos cuenta ayer de la cantidad de pájaros que viven por la zona, y que alborotan desde primera hora de la mañana. De entre todos ellos el más impresionante es uno que imita a la perfección el llanto de un bebé. Produce cierta angustia escuchar su vagido entre los árboles, dan ganas de ir a socorrerlo.

Lo primero que hacemos, tras desayunar, es trasladarnos con el vehículo hasta el Echo Point, el punto más lejano adonde llegamos ayer andando. Sorprendentemente todas las calles de los alrededores, incluso las secundarias, disponen de parquímetros. Otra cosa que llama la atención es la enorme curvatura del pavimento, con una gran caída hacia las aceras. Supongo que aquí, cuando llueve, llueve de verdad.

El cartel de marras

Los carteles turísticos están en árabe, chino, coreano y algún otro idioma más, lo que da idea del mogollón que debe de montarse aquí en verano. Por fortuna, la estación y la hora nos son propicias. Vamos hasta el mirador de las Tres Hermanas y luego descender por la Escalera Gigante (un tramo nada más, solo para hacernos una idea). Sobrecoge la intensidad del paisaje (resulta que Australia no es tan llana como creíamos). También lo intocado del terreno, especialmente si tenemos en cuenta que el centro de Sidney, en línea recta, cae solo a 80 kilómetros.

Las Tres Hermanas

La Escalera Gigante

Tras esta primera visita, nos vamos a comprar y se repite el problema de ayer: El Coles y el Woolworths de Katoomba caen en la misma calle, pero debido a las dimensiones de nuestro vehículo (o, más bien, la de las plazas de aparcamiento) no hay forma de aparcar lo bastante cerca como para poder usar un carro de la compra, y me toca dar dos paseos, cargado como un burro.

Tras el trago de la compra, nos vamos a la zona de Leura Falls. Por precaución pagaticia aparcamos algo lejos, pero por fortuna este lugar se halla mucho menos concurrido. Las cascadas de esta zona no son comparables a las de los dos viajes anteriores, pero tienen su qué. En cuanto a los senderos se hallan perfectamente señalizados, pero en ocasiones se vuelven dificultosos por lo empinados, y hay tramos que se encuentran clausurados por desprendimientos. Pasamos una serie de miradores que quitan el hipo, y nos encontramos con los mismos helechos arborescentes que vimos en Nueva Zelanda. A estas plantas, auténticos fósiles vivientes, se les calcula una antigüedad de 420 millones de años, por lo que ya existían cuando aparecieron los primeros dinosaurios.

El bosque primigenio

 Bajando bajando llegamos a lo que, sin lugar a dudas, es un lugar encantado: un arroyo límpido cubierto por la bóveda arbórea. Aunque el agua fluye plácida, hay señales visibles en la vegetación de las orillas de que, cuando llueve, saca a relucir su genio. A mí me gustaría completar la ruta circular y volver por un camino prometedor y distinto, pero el resto de la tripulación se amotina y toca volver sobre nuestros pasos. Por curiosidad cuento los escalones que hemos descendido y que ahora subimos: 421 (según hemos leído, hasta el fondo del barranco son 800).

De vuelta a la auto, breve comida y recapitulación: las Montañas Azules bien se merecerían un par de días más, pero abruma la enormidad del recorrido que tenemos por delante, así que indagamos en Campermate y nos decidimos por el Bulli Beach Tourist Park, un cámping en la costa al sur de Sidney, a 130 kilómetros de donde estamos. Calculamos dos horas de viaje pero empleamos dos y media: primero hay que bajar de las montañas, después contornear Sidney y sus pueblos satélite, y por último circular por una carretera bastante estrecha y con bastante tráfico que hace de límite del Dharawal National Park, lo cual nos recuerda que está vivamente desconsejado viajar de noche, debido a la alta probabilidad de encuentros con la fauna salvaje.

La toponimia aborigen depara curiosos nombres, como este a las afueras de Sidney

Cuando llegamos ya es noche cerrada, pero la recepción ha retrasado su cierre, esperándonos. Nos asignan parcela y, mientras nos ubicamos, de debajo de una caravana escapan asustados un par de conejos. Antes, moviéndose paralelos a la autovía, hemos visto nuestro primer par de canguros. This is Australia.

Distancia parcial: 139 km.

Distancia total: 265 km.


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