DÍA 4.
Ya nos dimos cuenta ayer de la cantidad de pájaros que viven por la zona, y que alborotan desde primera hora de la mañana. De entre todos ellos el más impresionante es uno que imita a la perfección el llanto de un bebé. Produce cierta angustia escuchar su vagido entre los árboles, dan ganas de ir a socorrerlo.
Lo primero que hacemos, tras desayunar, es trasladarnos con el
vehículo hasta el Echo Point, el punto más lejano adonde llegamos
ayer andando. Sorprendentemente todas las calles de los alrededores,
incluso las secundarias, disponen de parquímetros. Otra cosa que
llama la atención es la enorme curvatura del pavimento, con una gran
caída hacia las aceras. Supongo que aquí, cuando llueve, llueve de
verdad.
El cartel de marras |
Los carteles turísticos están en árabe, chino, coreano y algún
otro idioma más, lo que da idea del mogollón que debe de montarse
aquí en verano. Por fortuna, la estación y la hora nos son
propicias. Vamos hasta el mirador de las Tres Hermanas y luego
descender por la Escalera Gigante (un tramo nada más, solo para
hacernos una idea). Sobrecoge la intensidad del paisaje (resulta que
Australia no es tan llana como creíamos). También lo intocado del
terreno, especialmente si tenemos en cuenta que el centro de Sidney,
en línea recta, cae solo a 80 kilómetros.
Las Tres Hermanas |
La Escalera Gigante |
Tras esta primera visita, nos vamos a comprar y se repite el problema de ayer: El Coles y el Woolworths de Katoomba caen en la misma calle, pero debido a las dimensiones de nuestro vehículo (o, más bien, la de las plazas de aparcamiento) no hay forma de aparcar lo bastante cerca como para poder usar un carro de la compra, y me toca dar dos paseos, cargado como un burro.
Tras el trago de la compra, nos vamos a la zona de Leura Falls. Por
precaución pagaticia aparcamos algo lejos, pero por fortuna este
lugar se halla mucho menos concurrido. Las cascadas de esta zona no
son comparables a las de los dos viajes anteriores, pero tienen su
qué. En cuanto a los senderos se hallan perfectamente señalizados,
pero en ocasiones se vuelven dificultosos por lo empinados, y hay
tramos que se encuentran clausurados por desprendimientos. Pasamos
una serie de miradores que quitan el hipo, y nos encontramos con los
mismos helechos arborescentes que vimos en Nueva Zelanda. A estas
plantas, auténticos fósiles vivientes, se les calcula una
antigüedad de 420 millones de años, por lo que ya existían cuando
aparecieron los primeros dinosaurios.
El bosque primigenio |
Bajando bajando llegamos a lo que, sin lugar a dudas, es un lugar
encantado: un arroyo límpido cubierto por la bóveda arbórea.
Aunque el agua fluye plácida, hay señales visibles en la vegetación
de las orillas de que, cuando llueve, saca a relucir su genio. A mí
me gustaría completar la ruta circular y volver por un camino
prometedor y distinto, pero el resto de la tripulación se amotina y
toca volver sobre nuestros pasos. Por curiosidad cuento los escalones
que hemos descendido y que ahora subimos: 421 (según hemos leído,
hasta el fondo del barranco son 800).
De vuelta a la auto, breve comida y recapitulación: las Montañas
Azules bien se merecerían un par de días más, pero abruma la
enormidad del recorrido que tenemos por delante, así que indagamos
en Campermate y nos decidimos por el Bulli Beach Tourist
Park, un cámping en la costa al sur de Sidney, a 130 kilómetros
de donde estamos. Calculamos dos horas de viaje pero empleamos dos y
media: primero hay que bajar de las montañas, después contornear
Sidney y sus pueblos satélite, y por último circular por una
carretera bastante estrecha y con bastante tráfico que hace de
límite del Dharawal National Park, lo cual nos recuerda que está
vivamente desconsejado viajar de noche, debido a la alta probabilidad
de encuentros con la fauna salvaje.
La toponimia aborigen depara curiosos nombres, como este a las afueras de Sidney |
Cuando llegamos ya es noche cerrada, pero la recepción ha retrasado su cierre, esperándonos. Nos asignan parcela y, mientras nos ubicamos, de debajo de una caravana escapan asustados un par de conejos. Antes, moviéndose paralelos a la autovía, hemos visto nuestro primer par de canguros. This is Australia.
Distancia parcial: 139 km.
Distancia total: 265 km.
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