miércoles, 25 de octubre de 2023

4 de agosto, día 22.

Último día. Antes de que recojamos los bártulos, dos caravanas vecinas han hecho lo propio y continuado viaje. Antes de venir a Canadá pensé que quienes petaban los cámpings serían extranjeros, pero no: en su mayoría se trata de personal local. A juzgar por el enorme número de autocaravanas y sobre todo caravanas que hemos visto, a los canadienses les mola la vida nómada. Por mi parte, les envidio el que dispongan de un país tan vasto para perderse.

Marca de garras de oso

Johnson Lake

A poca distancia de aquí se encuentra el Johnson Lake, tan pequeñito que lo rodeamos dando un paseo. Aquí tampoco nada de guiris, todos gente de la zona.

Es la despedida. Paramos por tercera vez en el súper de Canmore y después invertimos en gasolina los billetes de dólar restantes. Calgary está a solo cien kilómetros así que, por alargar un poco la cosa, en lugar de irnos por la autopista elegimos la carretera antigua, que circula por la ribera opuesta del río Bow. Paramos a comer junto al lago Gap. Por la otra orilla vemos circular uno de estos trenes kilométricos que tanto nos fascinan. Número de vagones: 200. Tiempo de paso: 4 minutos 28 segundos (grabado en vídeo).

A partir de aquí la carretera panorámica deja de serlo, ya que se estrecha y deforma tanto que vuelve la conducción cualquier cosa menos placentera. Es tan cansado que, con 45 kilómetros recorridos desde la comida, hacemos un alto junto al Ghost Reservoir Provincial Recreation Area. Faltan 60 kilómetros hasta Airdrie, y a lo largo del día hemos intentado por teléfono, infructuosamente, encontrar sitio en algún cámping de las inmediaciones. Decidimos echar aquí un vistazo, pero: a) No tienen sanidump, y la auto hay que devolverla mañana con los depósitos vacíos. b) Dormir cuesta 31 dólares que se dejan en efectivo en una hucha, y nosotros ya hemos agotado nuestro cash. Por último, c) Bego descubre un cartel donde se avisa de que las armas deben permanecer guardadas dentro de los vehículos, y que está terminantemente prohibido disparar dentro del campamento (!). La sensación, además, de que unos cuantos habituales se han apropiado del recinto es muy fuerte.

Pese a mis dudas, Bego insiste en que nos vayamos, y ahora sé que es la mejor decisión que pudimos tomar: mientras escribo estas líneas leo en Google las reseñas del sitio, y no pueden ser peores: borracheras, música a todo volumen hasta las tantas, motos a toda pastilla circulando sin luces por el recinto, fuegos artificiales (¿o serían tiros?)... Vamos, un recuerdo imborrable para nuestra última noche en Canadá.

A partir de Cochrane las carreteras están como trazadas con tiralíneas, y forman una especie de retícula que obliga a subir y a bajar. Hacia el norte el cielo lleva horas oscureciéndose ominosamente. Entre Calgary y Airdrie está Balzac, donde existe un Campground RV Park & Storage, también con muy mala puntuación y que para colmo no ha respondido al teléfono en todo el día. Si está cerrado o lleno, tocará dormir junto a algún centro comercial.

Tenemos suerte. El sitio está abierto, y pillamos al dueño o recepcionista a punto de cerrar. El lugar es una extraña mezcla de chatarrería y párking, pero tiene agua y vaciado, y a nosotros nos vale. Encajamos nuestro vehículo entre dos enormes caravanas, una recién estrenada y otra del año de la polka.

Entonces empieza a llover.


Distancia parcial: 164 kilómetros.

Distancia total: 4.001 kilómetros.




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