2 de agosto, día 20.
Esta mañana hemos encendido el generador lo justo para hacer las tostadas, apenas cinco minutos, y de inmediato el vecino ha puesto en marcha el suyo.
La cosa podría ser casual, pero es que ayer ocurrió exactamente igual. Luego no lo para enseguida, sino que lo deja funcionando un par de horas (más otras dos de propina por la tarde). Este señor es el mismo que ha instalado sus placas solares justo en límite las dos parcelas, pero orientadas hacia nosotros. Y ayer le oímos decir en voz alta y con tono despectivo la palabra Outsiders. Ignoramos qué habremos hecho para merecer su ira, pero tenemos la impresión de que no le caemos muy bien. O tal vez es uno de esos tipos que consideran que todo el cámping es suyo. Aprovecho su ausencia y me aproximo a su autocaravana para leerle la matrícula. Dice pertenecer a un país famoso por sus tiroteos masivos, esperemos que no guarde un AR-15 en el interior del vehículo.
Canmore está a 24 kilómetros del cámping, pero preferimos darnos
el paseo a tener que cargar con la compra por Banff casi un
kilómetro. Hasta ahora hemos ido esquivando los trenes, pero a la
entrada de la localidad pillamos uno y toca esperar. Es tan largo y
tarda tanto en pasar que los accesos al pueblo se colapsan por
completo.
Canmore |
Volver al súper del primer día otorga al viaje un aura de veteranía, pero también supone el anuncio de que esto se está terminando. Bullen dentro todas las vivencias y los kilómetros recorridos. Y también, cómo no, un cansancio descomunal.
Con la nevera llena volvemos sobre nuestros pasos, pero no a Banff
sino al lago Minnewanka, que como el Okanagan tiene forma de
serpiente o de dragón, aunque mucho más pequeño.
Minnewanka |
Minnewanka |
Minnewanka es siux significa “Agua de los Espíritus”, y
fue recrecido en 1941 mediante una presa. Son populares los paseos en
barco, pero como creemos que superar la excursión del Maligne va a
ser muy difícil, así que optamos por la ruta a pie que bordea el
lago. Hace tanto calor que mucha gente se baña. La chica de
información nos ha recomendado no pasar del puente del Stewart
Canyon por la posibilidad de encontrarnos con osos (ni somos grupo de
cuatro ni traemos spray), pero como vemos que algunos excursionistas
continúan, nos aventuramos un poco más. A la vuelta, y de nuevo en
el puente, nos encontramos con un grupo de cabras que pretende
cruzar, pero con tantos humanos no se atreven. La gente no para de
sacarles fotos, y a los que somos un poco más de pueblo nos toca
hacerles ver que, como no se aparten, las pobres cabras no van a
pasar y sufrirán estrés.
Puente del Stewart Canyon |
Lago Minnewanka |
De vuelta a la auto, convenimos que el parking está tan inclinado y
hace tanto calor que mejor nos movemos a otro que vimos a unos
kilómetros de aquí, llano, casi vacío y con sombra. Al parecer,
aquí nace el sendero que lleva al pueblo minero abandonado de
Bankhead. Pero nuestros planes para esta tarde son otros, a saber: un
descenso de río en lancha neumática. Un rato antes de la hora
convenida cruzamos Banff de nuevo en busca del lugar señalado, justo
debajo del Banff Springs Hotel y enfrente el Surprise Corner. Como no
nos pidieron nada al hacer la reserva pagamos ahora, lo que nos
parece todo un detalle.
La barca |
Llega la hora, nos ponemos los chalecos salvavidas y somos repartidos
entre las diferentes barcas. En la nuestra, aparte de nosotros y el
guía-remero, vienen dos hombres jóvenes con su padre, con aspecto
de ser de la India o alrededores.
Banff Springs Hotel |
Los Hoodoos |
Bow River |
La organización tiene el acierto de soltar las barcas escalonadas, de manera que disfrutamos en solitario de la travesía. Si alguien busca emociones fuertes, me temo que tiene que ir a buscarlas a otro sitio (por ejemplo en las Bow Falls, donde los dobles de Marilyn y Robert Mitchum estuvieron a pique de ahogarse mientras rodaban la escena de la balsa). Nuestro guía es un joven muy agradable que bromea con los pasajeros al tiempo que nos va explicando. Mientras, los rayos menguantes del sol arrancan destellos dorados al agua, a la orilla boscosa, a las montañas cercanas. Resulta todo muy relajante, y casi se puede escuchar a Marilyn cantando
If you listen you can hear it call...
There is a river called the river of no return
Sometimes it's peaceful and sometimes wild and free!
Love is a traveler on the river of no return
Swept on forever to be lost in the stormy sea
[…]
Bow Falls |
El bus |
El regreso a la base lo hacemos en un autobús escolar como los que salen en las películas, y que debe suscitar muchos recuerdos y vivencias entre algunos pasajeros, porque oímos a una mujer decir: “¡Entonces parecía más grande!”
Distancia parcial: 74 kilómetros.
Distancia total: 3.633 kilómetros.
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